¿Qué es jugar?
Jugar viene del latín (iocāri) y que significa 'bromear'. Según la RAE jugar es "Hacer algo con alegría con el fin de entretenerse, divertirse o desarrollar determinadas capacidades". Esta definición sugiere una conexión del juego con lo lúdico, lo divertido y con el desarrollo de habilidades y talentos. El juego, además, es una capacidad innata del ser humano que empieza en el vientre materno y que compartimos con la mayor parte de los animales: mamíferos, aves y hasta algunos insectos (Burghardt 2010).
Para el doctor Stuart Brown (2010) el juego tiene estas características:
- Se hace con el sólo fin de divertirnos
- Es voluntario
- Es agradable de por si
- Es entretenido
- Es absorbente
- Nos ayuda a improvisar
- Lo deseamos siempre
En todas las especies el juego se desarrolla fundamentalmente en los estadios iniciales de su vida. En el ser humano el juego comienza en el vientre materno y va evolucionando a lo largo de toda la vida. Entre los 1 y los 12 años nuestro desarrollo cognitivo va evolucionando y con él nuestra forma de jugar y pensar, pero también a la inversa; es gracias al juego que desarrollamos nuestras habilidades cognitivas y sociales.

¿Por qué jugamos?
Para Stuart Brown, evolutivamente el juego aparece en las especies como un resorte evolutivo que les permite ensayar de manera controlada y desde lo lúdico situaciones de la vida adulta. Por ejemplo, un gato jugará a cazar a sus hermanos, practicar el salto, la defensa, el acecho escondido y hasta la huída. Además, durante el juego aprenderá a socializarse y las normas de la manada, hasta donde puede morder sin hacer daño y a quien puede y no puede molestar. Estudios recientes de privación del juego con animales han demostrado que los osos que más juegan son los que más sobreviven. John Byers sostiene que en los animales, la cantidad de juego está relacionada con el desarrollo de la corteza frontal y que en el periodo que más jugamos coincide con la fase de mayor crecimiento el cerebro. Cuando jugamos podemos probar experiencias nuevas sin poner en peligro nuestro bienestar físico o emocional. Estamos a salvo porque estamos jugando. Experimentos con privación de juego en ratas demuestran que cuando a un animal se le priva del juego, pierde habilidades sociales y capacidad para conseguir comida, su capacidad creativa para encontrar nuevos recursos disminuye significativamente. Las ratas que juegan son más inteligentes y poseen un cerebro más grande (Stuart Brown, 2010)
En los seres humanos, el juego nos permitió ensayar momentos de nuestra vida adulta, experimentar diferentes roles, aprender a socializarnos y establecimos innumerables conexiones neuronales con cientos de nuevas posibilidades y formas distintas de hacer lo mismo, lo que nos dió una flexibilidad y creatividad que aún hoy en nuestra vida adulta usamos para solucionar los problemas que enfrentamos.
¿Por qué seguir jugando de adultos?
Con la adolescencia, nuestro juego libre y creativo es interferido y reemplazado por juegos con normas, deportes o pantallas de ordenador. En el siguiente video vamos a dar las razones por las que no dejar de jugar de adulto es importante
Referencias bibliográficas
- Brown, S., & Vaughan, C. (2010). ¡A jugar!
- Byers, J. A. (2013). Animal Behavior. ONEWorld Publications.
- Graham, K., & Burghardt, G. (2010). Current Perspectives on the Biological Study of Play: Signs of Progress. The Quarterly Review of Biology, 85(4), 393–418. https://doi.org/10.1086/656903
- Huizinga, J., & Hull, R. F. C. (1949). Homo Ludens. Routledge.